viernes, 18 de enero de 2013

INTOLERANTE EN LA CARRETERA… SÍ… PERO CONTRA LOS “BUCHONES”

Por alejzp.


A veces me pregunto si será que soy muy amargado o que definitivamente soy intolerante ante la mediocridad, las personas abusivas y todo lo que carece de sentido común. Es increíble como en la actualidad hay tantas personas que se distinguen por su ineptitud, su poca educación, su car’ebarrismo, la matonería, su queimportismo… son filibusteros sociales carentes de sentido, machistas consumados… simplemente personas estúpidas que se sienten el centro del universo y por eso hacen alarde de los peores comportamientos o de una lempa actitud, pereza mental, faltos de praxis social y civil.

Les doy un pequeño ejemplo de algo que hace que me hierva la sangre… las carreteras de mi país, y no me refiero a los huecos, a la pésima planificación, a la poca visión o las muchas críticas que podría hacer, que perfectamente se prestarían para escribir otra entrada en el blog o hasta para que un ingeniero civil haga su tesis, me refiero al comportamiento de las personas… y más aún cuando estas personas andan en algún vehículo automotor.

Creo que no hay calificativo denigrante que pueda yo escribir que describa a cabalidad la ignorancia, la pedantería, el poco raciocinio y el despliegue de idiotez que uno puede encontrar en el comportamiento de algunas personas en carretera. Si andan en un buen carro adquieren el porte y la actitud de quien fuera una estrella de cine, el presidente de la república o quién sabe qué persona de alta alcurnia (y con esto no digo que en ellos se justifique el comportamiento) pero a la mayoría de personas se les infla el trasero cuando se sientan en un carro caro o del año o que corre un poco más que el resto… ¡Qué ilusos! ¡Qué engañados! Toman el volante y en una actitud fatua y egocentrista se suben a sus vehículos y seguro sienten en el fondo de sus tontas mentes como que suena la melodía de la canción “Quítate que voy”, creen que no pueden esperar en una presa, que se pueden saltar los altos, que se pueden meter contravía o adelantarse un grupo de carros y ponerse de primeros. ¡Por Dios que está en el cielo! Eso es lo que les produce tener un vehículo del año, una animosidad infundada y barata que solo demuestra que nunca tuvieron algo y que ahora como lo tienen son dueños del mundo.

Give me a break! Por favor…

O peor aún los engañados que alteran sus vehículos para que suenen como vagonetas y los llenan de neones y relojitos y les ponen como un aplanchador en la parte de atrás y andan haciendo unos aceleronazos aunque solo puedan avanzar un metro. Pero ahí andan en su Hyundai como si anduvieran en un Maserati en Le Mans… ¡Qué pecao mas negro!

Pero bueno, sea que por su carro del año o por su carro alterado se les sube el autoestima, allá ellos con sus problemas psiquiátricos si algo material los hace sentirse más o mejor que los demás o si necesitan tener algo para sentirse alguien…  o para sentir poder… allá cada quien con su pedo mental, el asunto que me desespera es que no respeten a las personas que andan conduciendo bien y respetando las interminables filas que se hacen. ¿Qué se puede hacer si planearon una ciudad para carretas, tendremos que vivir en calles angostas con más carros de los que puede ya sostener la de por sí mala red vial de este país?

Pero colarse en la fila, meterse sin poner una señal, irse por la cuneta y hasta subiéndose por las aceras con los carros como si anduvieran en una patineta que no daña a nadie, o que se van contravía poniendo en riesgo las vidas de muchos inocentes, rayar (rebasar) en doble raya amarilla, ir por una vía en la izquierda para llegar al final de la calle y meterse finalmente a la derecha, todo por saltarse la presa (el tráfico) eso sí me infla las joyas de la familia…

No se darán cuenta que precisamente al hacer todas esas cosas están provocando el hecho que están tratando de evitar y por el que cometen tales infracciones y actos. Las presas se causan exactamente por esas actitudes y lo peor de todo, si uno que viene haciendo la fila no les da campo, en consecuencia, le sacan el dedo, le recuerdan a la mamá y le asignan una labor milenaria que nunca ha realizado la pobre. Como dice el dicho “tras de que deben, cobran”, tras de que están derrochando su irresponsabilidad y su falta de inteligencia a través de sus actos, todavía se enojan si no se les da campo para salirse con la suya… Legítimos infradotados metales, eso es lo que son… Brutos sociales que en lugar de ver que están haciendo algo que no deben y meterse el rabo entre las piernas y esperar a ver cuando pueden terminar su irracional proeza, se enojan, le tiran el carro a uno y además le gritan improperios y hacen señas… qué ridícula y pobre de espíritu es la gente ahora.

Eso demuestra la mediocre vida de muchos, porque cuando van a otro país y rentan un carro, manejan como mansas palomas, pero aquí son zopilotes al volante, la ley se la pasan por el rabo y se vuelven violentos, y se bajan de los carros y se pelean y sacan armas… qué pena dan esos comportamientos. Sin embargo, ese es un tipo de machismo, creerse muy “machitos”, pensar que nadie les puede reprender o pensar que todo el mundo debe frenar para que terminen con su pirueta kamikaze. Y lo peor es, que cuando chocan o atropellan a alguien por su estupidez, quien sale más perjudicado es el que venía bien, el que respetaba la señalización y los límites de velocidad, el que viene haciendo la fila resignado a que es nuestra realidad. Y el otro “muerto-de-hambre” sale ileso y posiblemente el tan engañado que hace eso no tiene ni seguro y termina uno hasta pagando el deducible porque qué le queda, arreglar el carro y seguir adelante… y el otro, se siente orgullosísimo, se siente “carguísima” de su hazaña, y sonríe pelando los dientes como un caballo, arrogante y vanidoso… fijo se siente que acaba de vivir una escena de la película “Rápido y furioso” y muy dentro de su corazón se siente el Paul Walker tico… ¡pecadito!

 Otra cosa que me enfurece es la inconsciencia, personas que por avanzar un metro se quedan en medio de las intersecciones, bloqueando el paso y se hacen los tontos, según ellos disimulando como si no se hubieran dado cuenta lo que hicieron... y le levantan la mano como pidiendo disculpas y ponen caras de babosos... y por supuesto los policías brillan por su ausencia en estos casos... y cuando están en lugar de multar a los que deben multar más bien crean peor la presa de vehículos... y para esto los autobuseros y los taxistas son especialistas... como si avanzar ese metro y no permitir que las personas q van a cruzar la intersección los fuera a hacer salir más rápido de la congestión... son tan absurdas las reacciones, las actitudes y los comportamientos de estas personas que siento como si nunca hubieran hecho el examen para sacar la licencia o como si ésta la hubieran sacado de una caja de cereal o les hubiera caido de una piñata... ¡Qué desesperante!!!

El problema vial y las presas se dan muchas veces por este montón de “engañados”… Si las personas hicieran la fila y cuando hay una intersección se dieran campo uno al otro, uno a la vez, las presas se irían disminuyendo pero no, todos quieren converger en la misma intersección, a la misma vez, sin hacer fila y además que el resto frene y se quite para que él o ella pase… si les estorban las presas, que cojan el tren, ese sí tiene prioridad de paso… pero que su frustración y falta de sentido no se conviertan en las armas letales que terminen con la vida de personas inocentes y peor aún, ya que están haciendo sus idioteces no se enojen, calladitos más bonitos que ya de por sí están haciendo el ridículo, bueno no terminen de embarrar la “ñaña” además con su comportamiento. Termino diciendo una frase que siempre me gustó de un espacio de la televisión venezolana llamado Bienvenidos, ante esas actitudes solo puede decirse:

“I-N-C-O-M-P-R-E-N-S-I-B-L-E”

martes, 10 de abril de 2012

La triste realidad del bullying, la homofobia y el desinterés político-social


Por alejzp (OSEZNO)


Luego de leer el artículo “La caza del gay”, del literato y ganador del Premio Novel de Literatura, Mario Vargas Llosa, no puedo más que hacer eco de sus palabras, toda vez que al igual que él me preocupa la descarnada ola de violencia que en el siglo XXI seguimos viendo en contra de diversos grupos y minorías, por tan diversas razones que van desde las políticas, las religiosas, las étnicas, las socioeconómicas y por supuesto las que impliquen rechazo a personas por ser diferentes a lo que la sociedad considera como “normal”, y esto incluye a minorías por orientación sexual, adictos, mendigos, prostitutas, por solo mencionar unos cuantos o la discriminación a personas simplemente porque usan piercings o están tatuados, o incluso personas que tienen alguna discapacidad. Y esto que no quiero meterme en el tema de la discriminación que todavía enfrentan las mujeres, y no me refiero únicamente a las mujeres árabes o musulmanas o a las africanas o del medio oriente, me refiero a mujeres de países del continente americano, o de Asia o Europa, países del primero mundo, donde sufren de persecución laboral, familiar, social, religiosa o simplemente de género, situación que ya no debería ser tema de conversación porque no debería ni siquiera darse en la actualidad, es el colmo que en estos tiempos todavía seamos víctimas de enfermedades sociales como lo son el machismo, la intolerancia, la discriminación y la homofobia.

Con esto no quiero decir que esté a favor de conductas sociópatas o criminales, como miembro de una sociedad estoy en contra de cualquier acto contrario al ordenamiento jurídico y a las normas básicas de comportamiento social o cívico, pero que no se confunda la gordura con la hinchazón. Hay un gravísimo error que cometen muchas personas en las sociedades actuales y es el equiparar a miembros de las minorías con delincuentes o peor aún considerarles enfermos. Y esto pasa siempre en la comunidad homosexual, equiparan a los homosexuales por ejemplo con pervertidos o pedófilos… Eso es una soberana estupidez… ¿Acaso no se dan esos comportamientos entre los heterosexuales también? Pero bueno, ese tema quedará para otro día, la ignorancia llega hasta los más ridículos extremos.

Hemos visto como con el paso del tiempo, se ha acuñado un término anglosajón para referirse al matonismo o violencia que viven muchos niños y jóvenes en las escuelas y colegios, el llamado “bullying”. Es desconcertante que las sociedades necesiten sustantivar una acción enfermiza de la sociedad, porque llega a hacerse tan común que hay que llamarla de alguna manera. Día a día somos bombardeados con decenas de noticias sobre violencia en las carreteras, los barrios, las escuelas, las calles… Pero referirme a todas las manifestaciones de violencia sería para escribir un compendio de varios tomos de 500 páginas cada uno, nuestra sociedad está enferma, enferma por tanto odio, tanta violencia, tanta intolerancia y tanta deshumanización.

Hoy, quiero dirigir mis palabras a hablarles sobre la homofobia… el reciente caso del joven chileno Daniel Zamudio quien fue vituperado por cuatro pseudo-neonazis que más bien parecían trogloditas salidos de una caverna, con actitudes vikingas, inquisidoras y medievales. No comprendo cómo existen personas que sean tan cerradas de mente, pero bueno, posiblemente son personas sin educación y que vienen de hogares violentos y machistas y con esto no quiero menospreciar a los grandes seres humanos que, a pesar de no haber recibido una educación formal y haber crecido en el seno de la violencia intrafamiliar, han logrado convertirse en personas amorosas y que aportan con su trabajo y vida a la sociedad. Lo que sí me alarma y mucho, es que un caso tan doloroso y horrible como el ocurrido a este joven chileno no cale en la mente, el alma y el espíritu de las personas, que académicamente preparadas y educadas llevan las riendas de los países Latinoamericanos. Cómo puede ser, que diputados de estos países puedan leer o ver en los noticieros la tortura y el escarnio sufrido por un joven inocente que simplemente era diferente por tener un gusto distinto al de la mayoría, pero que igual era un ser humano con sueños, aspiraciones, sufrimientos, con deseos de amar, de vivir en paz y de ver sus derechos respetados y que no muevan ni un dedo para cambiar la legislación o simplemente para promover políticas que sustenten las diversas esferas políticas y sociales en pro del cambio necesario para evitar no solo la violencia sino el irrespeto a los derechos más fundamentales.

Y perdón, pero quien tiene las posibilidades de hacer cambios en una sociedad y no lo hace, es tan cómplice y desalmado como el que comete el hecho mismo. Pero vivimos en una sociedad quemeimportista, donde los ciudadanos, los políticos, los gobernantes, los líderes religiosos y escolares, se hacen de la vista gorda ante estos actos repudiables. No comprendo cómo la tortura y el vapuleo sufrido por este muchacho no hacen a nadie reaccionar. Son las pobres familias sumidas en el luto y las organizaciones de defensa de los derechos de las personas LGBTI que trabajan con uñas y dientes por lograr tener una voz ante los políticos y grupos sociales y religiosos, son los que luchan en nombre de un grupo que no es ni tan minoritario y que defienden a capa y espada sus derechos. Y los políticos encargados de cambiar las leyes o de crearlas, aquellos candidatos que se llenan la boca en campaña y ofrecen defender todos los derechos de los ciudadanos por igual, y manifiestan que deben ser respetados y que lucharán porque se hagan los cambios respectivos, al final no hacen nada, todo termina en un puro y simple bla bla bla… en la demagogia populista que teñida de preocupación social busca simplemente un voto en una papeleta, pero que al final de cuentas, cuando lograron su objetivo y se encuentran calentando las sillas en Zapote o en Cuesta de Moras (en el caso específico de Costa Rica) se les olvida lo prometido y entran en un letargo social y emocional… la amnesia les ataca y aquello prometido y por lo que deben pelear, se convierte en un disparate más de una pérfida campaña electoral dominguera.

De un pronto a otro, pareciera que estos políticos y gobernantes ya no ven noticias y si las ven, seguro las ven con la actitud de quien ve “Alicia en el País de las Maravillas” o el “Mago de Oz”, la actitud de quien ve algo que cree lejano y que en la “feliz Costa Rica” no sucede ni sucederá nunca, y es así en cada país, todo se vuelve una fantasía, es ficción y producto del amarillismo periodístico. Pero ellos piensan que jamás, que esto no sucede en su país o no llegará a suceder, y si sucediera les tocará a otros legislar en su favor, porque nosotros, no, para qué echarnos al hombro ese problema, mejor no, como diría Chespirito, “mejor evitar la fatiga”. Adicionalmente, piensan que para qué calentar y caldear los ánimos de las Iglesias Católicas y Protestantes que siempre intervienen… saben que si legislan a favor o apoyan estos movimientos pro-gays, saben que las iglesias van a terminar dando el grito al cielo, sus líderes brincarán en una pata, se rasgarán las vestiduras y se darán con la piedra de Aserrí por el pecho y subirán sus sotanas y correrán a los medios de comunicación y a la Asamblea Legislativa, Biblia bajo el brazo y uno que otro rosario y pelearán por el valor de la familia, aquella familia a la que defienden a capa y espada, pero que a su vez, les prohíben el uso de anticonceptivos y métodos de planificación, les prohíben la fertilización in vitro, pero así como les prohíben las defienden.

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Se defiende o no se defiende la institución de la familia? Porque para ellos la familia es la tradicional compuesta de padre, madre y prole, y tengan los hijos que Dios les manda, ajá, como está tan fácil la vida… y qué pasa con las familias que no pueden tener hijos y recurren a métodos de fertilización, también se oponen, entonces, ¿no es que quieren familias? Porque si nos encerramos en el concepto cuadrado de familia que tienen, entonces necesitan hijos, pues bien lo dijo en tono irónico y sarcástico un reconocido abogado de familia costarricense, las familias son aquellas conformadas por padres e hijos, porque aquí no es como España donde se reconoce en el Código de Familia cientos de distintos tipos de familias como las conformadas por la unión de dos personas adultas, cualquiera que sea su sexo, eso no es familia, o ya quieren llamar familia a una mujer soltera con un hijo, hasta llaman familia a una persona que viva con su perro, así lo dijo. Entonces concluyó que jamás, que eso aquí no pasará.

Qué triste y qué patético es pensar que esos son los padres de la patria y los defensores de la institución de la familia. Pero no me refiero solo a los actuales políticos, me refiero a todos los que en el pasado también se han hecho de la vista gorda ante las distintas patologías sociales que han ido en detrimento de diversos grupos que han sufrido el flagelo de la denigración y el rechazo a lo largo de la historia… Pero es que nadie apechuga con el problema, y quienes lo hacen, lo hacen ad honorem y sin presupuesto y luchan fuertemente dando pasos hacia adelante, pero enfrentando la dura agonía que significa muchas veces tener que dar pasos atrás, porque los pocos logros alcanzados a puro esfuerzo de sus manos, vienen otros y los borran con sus mangas blancas y sus codos.

Pero de dónde nacen todas estas actitudes retrógradas y machistas, bueno muy fácil, del mismo seno de la familia, donde el machismo impera no solo en el régimen patriarcal en el que vivimos a merced de padres castrantes, sino también de miles de madres machistas que hacen de sus hijos apáticos sociales, psicópatas en potencia y les enseñan a odiar desde muy niños a los que son diferentes, como si fueran personas enfermas que los van a contagiar de algo. Y es que alrededor de las mesas familiares, en la intimidad de muchos hogares, se enseña el odio y se invita a los niños y jóvenes a tener pensamientos genocidas y xenofóbicos, les hablan mal de los nicaragüenses, de los colombianos, de los negros, y por supuesto, de los gays.

Mención aparte merecen los comentarios negativos que escuchamos de los líderes religiosos de las diferentes denominaciones, quienes desde el atrio de sus iglesias promueven el amor al prójimo pero a la vez promueven la discriminación hacia las personas gays y lesbianas, es decir, ¿será que Dios también hace excepciones en cuanto al amor que tiene por sus hijos, por los que ha creado a su imagen y semejanza?, ¿será que Jesús valida y asiente que se deba amar al prójimo excepto si se es gay o lesbiana, o si es un drogadicto o negro o de otro color, o un indígena o tiene una discapacidad?, ¿será que Cristo murió en la cruz solo por unos cuantos y no por todos? Desde que a los niños se les lleva a hacer el catecismo se les bombardea con ideas discriminatorias, se les enseña que, por ejemplo, las personas gays no son dignas hijas o hijos de Dios, y lo más interesante de esta putrefacta retórica es que quienes muchas veces promueven estos pensamientos, a lo interno de sus aposentos y sus cuartos de retiro, en las casas curales o en los mismos confesionarios, abusan sexualmente de niños y jóvenes. Entonces, ¿dónde quedamos? ¿Somos o no somos? Porque o se es chicha o se es limonada… pero no ambas.

Y ni qué decir de los discursos políticos que, solapados de aceptación rechazan y sacan de las agendas legislativas los proyectos a favor de la defensa de los derechos humanos de las personas LGBTIs, y no son contestes con sus campañas políticas e incluso ya en su despacho dicen que tales temas no son prioritarios dentro de sus planes de gobiernos. Señores y señoras, los derechos de un grupo social son y deberán ser siempre parte de la agenda política de cualquier gobernante, NUNCA, bajo ninguna circunstancia, los derechos pueden ser cercenados ni rebajados a un segundo lugar en importancia, los derechos humanos y fundamentales deben ser siempre una prioridad.

De hecho si se piensa bien, es ya una falta de respeto a cualquier ser humano poner en tela de duda si sus derechos deben o no ser respetados. Los derechos por nuestra condición de humanos ya son inherentes, inalienables y por ende indiscutibles… La simple discusión de proyectos de ley que vengan a poner en el tapete si debemos aprobar ciertos derechos para cierto grupo de personas es ya una violación flagrante a los mismos, toda vez que como ser humano es cobijado por las Convenciones que los tutelan. Sin embargo, en la práctica nada es lo que debe ser y se tiene que entrar a discutir si las personas gays, lesbianas y transexuales tienen derecho a que se les acepte poner en práctica algunos de sus derechos fundamentales que hoy en día no se les permite ejercer. ¿No ven ya aquí un serio problema? ¿No ven que algo aquí ya no funciona bien? El problema es que los congresos en Latinoamérica están plagados de conservadores temerosos de aceptar que las sociedades han cambiado, que evolucionan, se escudan en dogmas religiosos y posturas ideológicas obsoletas, se ponen una venda en los ojos y dejan en el olvido proyectos que lo único que vienen es buscar el respeto de la dignidad humana, de derechos fundamentales tutelados hasta por la Constitución…

Pero bueno, volviendo al tema que nos ocupa, y haciendo a un lado la triste realidad que se vive a nivel familiar, político y religioso, como sociedad no podemos seguir permitiendo que personas inocentes mueran en encarnizadas golpizas callejeras, con torturas que parecen más bien medievales o ver a niños y adolescentes víctimas del maltrato o bullying en las escuelas y colegios y que nadie haga nada al respecto, pues esto se hace, muchas veces, a la luz de los mismos maestros y profesores y prefieren callar a enfrascarse en una polémica por la que posiblemente ellos tienen también sus reservas. Es muy preocupante que en la actualidad vivamos sumergidos en una sociedad represiva, en una sociedad del miedo… qué vamos a hacer por nuestros jóvenes y niños, por las sociedades latinoamericanas, que no quieren cambiar… será que vamos a vivir sumidos en una sociedad retrógrada, embustera y quisquillosa al cambio. Yo no quiero vivir así… ¿será que ustedes sí?

domingo, 8 de abril de 2012

"AMOR" el verdadero mensaje de la Semana Santa

Esta es mi primera entrada en este blog, siempre quise tener uno pero me fue difícil decidirme a hacerlo. Me gusta escribir pero muchas veces no tengo tiempo para hacerlo o me alargo tanto que difícilmente alguien lo leería completo.

Hoy quizás iniciaré de una forma poco usual, ya que un blog es por lo general las ideas de una persona. Sin embargo voy a iniciar con un artículo escrito por Dan Pearce en su blog single dad laughing. Me tomé la libertad de traducirlo debido a que quiero que el mensaje de su artículo llegue a muchas personas... Sé que quien hable inglés simplemente seguirá el link y lo leerá, pero muchas de las personas que conozco y que me gustaría que lo pudieran leer no hablan inglés, así que lo traduje a fin de que la mayor parte de personas que quieran leerlo lo puedan hacer.

El artículo se llama "I'm Christian, unless you're gay" ("Soy cristiano, a menos que seas gay") y trata sobre el verdadero significado del AMOR... no es un artículo sobre religión, ni sobre la homosexualidad, sino sobre el AMOR, la TOLERANCIA y la ACEPTACIÓN que tenemos que tener hacia nuestros semejantes, que fue precisamente una de las principales enseñanzas que nuestro Señor Jesucristo nos vino a dar aquí en la tierra... por esta razón considero que poner aquí el artículo del señor Pearce es una buena idea si este es el mensaje que quiero dejar hoy en el día de la Pascua de Resurrección, ya que en él se encierra perfectamente el significado que tiene q tener esta palabra en nuestras vidas y como sociedad... El artículo dice lo siguiente:


Soy cristiano, a menos que seas gay.

Por Dan Pearce                                                                       Traducción: A.J. Zúñiga Poveda

Hoy quiero escribir sobre algo que me ha molestado durante la mayor parte de una década. He tallado no menos de una docena de borradores de este post, todos curiosamente no se parecen, todos al final, sin lograr cumplir con el objetivo que me he propuesto hacer. La verdad es que lo he estado tratando de escribir a ratos durante más de un año, y las palabras adecuadas han sido aparentemente imposibles de conseguir.

Al final, y con el fin de publicarlo, supongo que tenía que preocuparme más por el mensaje que por la posible reacción que iba a causar. No bromeo cuando digo que espero que pueda hacer llegar este mensaje sin ofender... bueno... a todo el mundo.

Lo que realmente espero es que este post despierte y fomente una discusión conmovedora y que valga la pena, dando así lugar a algunos cambios conmovedores y que valgan la pena en la vida de por lo menos unas pocas personas que estén sufriendo.

Dicho esto, creo que algunas fuertes palabras deben decirse en este momento.

"Dios odia a los maricas”. Todos hemos visto los carteles que se agitaban en el aire por los miembros de la Iglesia Bautista de Westboro. En la televisión. En la vida real. Es difícil no darse cuenta.

A través de los años, he visto y aparentemente sin ánimo de terminar, un derroche de odio y asquerosidad a través de los medios de comunicación por parte de los que pertenecen a dicha organización. Para aquellos que no saben mucho acerca de esa "iglesia", la cual se ha hecho una mala reputación a través de actos drásticos como hacer manifestaciones bajo signos atroces y organizando protestas anti-gays en los funerales militares.

Casi todas las personas de casi todas las religiones no han tenido reparo alguno para repudiar y condenar a la Iglesia Bautista de Westboro y a sus miembros, y tal vez con razón. Ellos toman la libertad de expresión mucho más allá de lo que nuestros padres fundadores previeron en el momento que lucharon por darnos ese derecho, y se ríen del resto del mundo mientras lo hacen.

Pero hoy no quiero hablar de esos idiotas. Quiero hablar de ti. Y de mí.

Y de mi amigo a quien voy a llamar a Jacob.

Jacob tiene 27 años, y ¿adivinen qué?... es gay.

No mucha gente lo sabe. Vive en una comunidad donde ser gay es todavía muy "mal visto".

Yo estaba hablando con él por teléfono hace unas semanas, y le conté sobre mis intentos fallidos de escribir este post. Él estaba tratando de contener sus emociones, pero finalmente se le salieron las lágrimas a medida que hablábamos del problema que este post trataría de discutir.

Antes de continuar, me siento obligado a decir algo de una vez. El post de hoy no es acerca de la homosexualidad. No se trata de los cristianos. No se trata de religión. No se trata de la política. Se trata de otra cosa. Algo más grande. Algo más sencillo.

Es sobre el amor.

Es sobre la bondad.

Es sobre la amistad.

Y el amor, la bondad y la amistad son tres cosas que Jacob no ha sentido en mucho tiempo.

Estoy agradecido de que me dio permiso para compartir con ustedes nuestra conversación. Fue algo como esto.

"Jacob, sinceramente, no sé cómo escribirlo", le dije. "Yo sé lo que quiero transmitir, pero no puedo encontrar las palabras correctas”.

"Dan, usted tiene que escribirlo. No te rindas. Te lo digo, tiene que ser dicho".

Hice una pausa. "Tú no entiendes. Es un tema demasiado candente. Es algo ante lo que la gente se pone muy emocional y sensible. Me van a linchar".

Mi amigo dudó. "Dan, tú eres el único amigo que tengo que sabe que soy gay. El único que lo sabe", dijo.

"¿Qué quieres decir? Sé que se lo has dicho a otros amigos".

Fue entonces cuando su voz se quebró. Él comenzó a llorar.

"Cada persona a la que se lo he dicho me ha fallado. Ellos simplemente desaparecen. Me dejan de llamar. Me eliminan del Facebook. Simplemente se van", dijo. "Ellos no pueden manejar que conocen y son amigos de una persona gay".

Yo no sabía qué decir. Así que no dije nada.

"Tú no sabes lo que es, hombre. Tú no sabes lo que es vivir aquí y ser gay. Tú no sabes lo que es no tener a nadie por un carajo. Tú no sabes lo que es que tus propios padres te odien y traten de ocultar tu existencia. Yo no elegí esto. Yo no quería esto. Y estoy tan cansado de la gente que me odia por ello. No puedo soportarlo más. Es que no puedo".

¿Cómo respondes a eso?

Quería decirle que todo estaba en su cabeza. Yo sabía que no era así. Yo quería decirle que todo estaría mejor y sería más fácil. Las palabras habrían sido huecas y sin convicción, y yo lo sabía.

Por cierto, yo vivo en esta comunidad también. Y he oído el odio. He oído el disgusto. He oído el desdén. He oído los rumores. He oído hablar de la desconfianza. He oído hablar de la ira. Lo he oído todo, y lo he oído escondido y disfrazado cuidadosamente debajo de una capa de justicia propia y una manta de "cuidado" o de palabras "religiosas". Lo he oído más veces de las que me he preocupado de contar.

Acerca de los gays.

Acerca de las personas que se visten de manera diferente.

Acerca de las personas que actúan de manera diferente.

Acerca de los gordos.

Acerca de las personas con adicción a las drogas.

Acerca de las personas que fuman.

Acerca de las personas con adicciones al alcohol.

Acerca de las personas con trastornos de la alimentación.

Acerca de las personas que se apartan de su fe.

Acerca de las personas que no son miembros de la religión dominante local.

Acerca de la gente que tiene perforaciones no tradicionales.

Acerca de las personas que sólo te ven a ti o a mí de forma errónea.

Lo he oído, y he escuchado una y otra vez, y otra vez.

Diablos, en el pasado (y hasta cierto punto en el presente) he participado en ello. Yo lo he propagado. Yo prepotentemente formé parte de ello. Debo admitirlo.

Y así lo hice bajo el término solapado de "cristiano". Así lo hice creyendo que mis acciones estaban justificadas de alguna manera debido a mis creencias en ese momento. Así lo hice, creyendo realmente que esas afirmaciones fueron hechas por... amor.

Esto no es sólo un fenómeno de Utah. He vivido fuera de este lugar. He trabajado fuera de este lugar. Estaba igual de mal en Denver. Igual de mal en California. Lo veo en los blogs. Lo escucho en programas de televisión y de radio. Lo oigo alrededor de la mesa de mi propia familia de vez en cuando. Por lo general, dicho tan pasivamente, tan escondido, y tan "justamente".

De los cristianos.

De los budistas.

De los hindúes.

De los musulmanes.

De los judíos.

"Dios odia a los maricas". "Dios odia a los adictos". "Dios odia a la gente que compra en el Ejército de Salvación". "Dios odia a la gente que no es igual a mí".

La gente no necesariamente debe estar sosteniendo pancartas y marchando frente a las cámaras de televisión, pero... vamos. ¿Por qué es que tanta gente increíble que tienen ciertas luchas, problemas, o sus propias creencias de lo que es bueno o malo se sienten tan odiados? ¿Por qué se sienten tan juzgados? ¿Por qué se sienten tan… repudiados? ¿Qué indiscutible verdad todos deberemos llegar a admitir a nosotros mismos cuando tal sea el caso?

Ahora, yo no soy religioso. Tampoco soy gay. Pero debo decirte que he buscado la religión. He luchado por lo que creo que era la verdad. Durante años la estudié, tratando de “encontrarla". Todas las principales religiones tienen buenos puntos de vista. Todas las principales religiones, si veo hacia atrás lo suficiente, tuvieron muchas bases increíbles en sus enseñanzas a través de algunas personas también increíbles.

Miren esto, y no duden en corregirme si me equivoco...

De acuerdo con los cristianos, Jesús enseñó un par de cosas bastante interesantes. En primer lugar, "amaos los unos a los otros". En segundo lugar, "el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra contra ella." ("Ella" fue una mujer que engañó a su marido).

Según los budistas, Buda enseñó un par de cosas que hacen pensar. En primer lugar, "El odio no cesa por el odio, sino sólo por amor, esta es la regla eterna". En segundo lugar, "Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón caliente con la intención de tirarlo a otra persona, tú eres el que se quema".

Según los hindúes, un par de fascinantes enseñanzas me vienen a la mente. En primer lugar, "No te enojes o dañes a cualquier criatura viviente, pero sean compasivos y amables; muestren buena voluntad a todos" (Krishna). En segundo lugar, "El amor significa dar desinteresadamente, sin excluir a nadie e incluyendo a todos" (Rama).

De acuerdo con los musulmanes, Mahoma enseñó un par de cosas interesantes también. En primer lugar, "Un verdadero musulmán es el que no difama o abusa a otros, pero los verdaderos justos se convierten en un refugio para la humanidad, sus vidas y sus propiedades." En segundo lugar, "¿Amas a tu creador? Ama a tus semejantes de primero".

Según el judaísmo, sus Escrituras enseñan un par de cosas notables. En primer lugar, "Ama a tu prójimo como a ti mismo". En segundo lugar, "Examine el contenido, no la botella".

Los grandes líderes espirituales de la historia han predicado el amor por los demás como base para toda la felicidad, y nunca acompañaron tales mandatos con una lista de acciones o hechos que no debían amarse. Nunca dijeron, ama a todos excepto a los gays. Ama a todos con excepción de las personas sin hogar. Ama a todos excepto a los que usan drogas. Ama a todos con excepción de los miembros de pandillas, o de los que andan cubiertos con tinta, o los agresores domésticos. Ellos no nos dijeron que estaba bien amar a todos excepto a la "gentuza", los que viven en la pobreza, o los inmigrantes ilegales. Ellos no nos dijeron que estaba bien que amaramos a todos a excepción de nuestros ex amantes, los amantes de nuestros ex amantes, o los ex amantes de nuestros amantes. El mandato fue muy muy claro, ¿no creen?

Ama a los demás.

Punto.

Así que, si esta es la guía que fundó todas las grandes religiones... ¿por qué es que a veces las personas “más cristianas" son los que no tienen religión?

Permítanme repetirlo.

¿Por qué es que a veces las personas más semejantes a Cristo son los que no tienen del todo religión?

He conocido a mucha gente en mi vida, y les puedo decir esto... Algunos de los que entienden el amor mejor que nadie fueron aquellos que el resto del mundo había catalogado como perdidos o echados a perder mucho antes. Algunas de las personas que fueron capaces de mirar a los más sucios, los más pobres, a los homosexuales, a los heterosexuales, a los usuarios de drogas, a los que están en recuperación, al más vil de los pecadores, y los que eran... claro... diferentes...

Ellos fueron capaces de mirarlos a todos y sólo ver en ellos fuerza. Belleza. Potencial. Esperanza.

Y si lo reducimos aún más, ¿no es eso lo que el amor es en realidad?

No me malinterpreten. Sé de muchos cristianos increíbles también. Conozco a algunos budistas, musulmanes, hindúes y judíos increíbles. Conozco a un montón de gente maravillosa, devotos en sus diversas religiones, que verdaderamente aman a las personas que los rodean.

También sé que algunos ateos, agnósticos, o personas sin religión que odian profusamente a los creyentes. Ellos odian a sus correligionarios. Ellos aman sólo a los que creen (o no creer) las mismas cosas que ellos hacen.

En verdad, tener una religión no hace que una persona ame o no ame a los demás. No hace que una persona acepte o no acepte a los demás. No hace que una persona sea amiga o no amiga de los demás.

Estar sin una religión no hace a alguien ser o hacer algo de eso tampoco.

No, lo que hace a alguien amar, aceptar y hacerse amigo de sus semejantes es dejar de lado su necesidad de ser mejores que los otros.

Nada más.

Sé que hay muchos que creen que vivir una vida homosexual es un pecado.

Está bien.

Pero, ¿qué tiene eso que ver con el amor?

Repito... ¿qué tiene eso que ver con el amor?

Vamos. ¿No entendemos? ¿No lo comprendemos? Poner nuestro brazo alrededor de alguien que es gay, alguien que tiene una adicción, alguien que vive un estilo de vida diferente, alguien que no es lo que creemos que debe ser... hacerlo no tiene nada que ver con que les permitamos o aceptemos lo que ellos hacen. No tiene nada que ver con animarles en sus prácticas conforme a lo que usted o yo podemos sentir o creer que es correcto vs. lo que es incorrecto.

Tiene todo que ver con ser un buen ser humano. Una buena persona. Un buen amigo.

Eso es todo.

Poner nuestro brazo alrededor de alguien que es diferente. ¿Por qué es tan difícil?

No estoy aquí para decir que la homosexualidad es un pecado o que no lo es. Para ser honesto, me importa un bledo. No me importa. No estoy aquí para debatir si es o no es natural o genético. Una vez más, a... mí… no... me… importa. Esos debates son un estorbo para mí.

Lo que me importa es la necesidad que muchos de nosotros tenemos de rechazar y aborrecer a los demás. La necesidad para muchos de nosotros de sentirse mejor o superior a los demás. La necesidad que algunos de nosotros tenemos de declararnos buenos y "perfecto" todo el maldito tiempo y en cualquier oportunidad que tenemos.

Y para algunos de nosotros, se trata de necesidades muy reales.

Pero les diré esto. Todo lo que realmente es... Todo lo que esto realmente es... es intimidación, matonismo, bullying.

Solapado, hiriente y engañoso bullying.

Bueno, adivinen qué.

Hay cosas que todos nosotros hacemos o creemos que otras personas consideran "pecaminoso". Hay cosas que todos hacemos o creemos que otras personas consideran "errado". Hay cosas que todos hacemos o creemos por las que la gente estaría asqueada o enojada.

"¡Sí, pero yo tengo la razón!" es lo que la mayoría de la gente rotundamente diría.

Muy bien.

Si lo hace o no...

Les prometo que no importa lo que usted crea, que tan fuerte usted viva sus creencias, o qué tan ciertas seas sus convicciones. Alguien más, en algún lugar, piensa que usted está equivocado. Alguien más, en algún lugar, piensa que sus creencias no tienen sentido o son ilógicas. Alguien más, en algún lugar, piensa que tienes todo mal. De hecho, hay un montón de gente en este mundo que lo cree.

Todos nosotros los comprendemos. Ya lo sabemos. Es el mundo en el que vivimos y no somos ingenuos. No somos estúpidos. Lo entendemos.

Sin embargo, esperamos y deseamos amor de todos modos. Esperamos y queremos comprensión. Esperamos y queremos tolerancia. Esperamos y deseamos humanidad. Esperamos y queremos respeto de nuestras creencias, incluso de aquellos que no creen las mismas cosas que hacemos. Incluso de los que piensan que estamos equivocados, que somos insensatos o que no estamos en lo correcto.

Esperamos todo esto de las personas que están en desacuerdo con nosotros y que no están de acuerdo con nuestros estilos de vida y creencias, ya que, seamos honestos, nada de lo que hacemos en realidad es lo suficientemente malo para ser digno de disgusto, ira, odio o rechazo. ¿No es cierto? Ninguno de los modos en que vivimos nuestras vidas justifica tal comportamiento. ¿Verdad? Ninguna de nuestras creencias son dignas de desprecio de los demás.

¿Verdad?

No, nosotros somos... perfectos. Maldita, increíble e imposiblemente... perfectos.

Sin embargo, los gays... bueno, mierda.

[Suspiro]

¿Saben lo que pienso?

Dejemos que esto se asiente por un minuto...

Creo que no importa si usted o yo o cualquier otra persona piensa que la homosexualidad es un pecado. No importa si usted o yo creemos que cualquier cosa es un pecado. No importa si la homosexualidad es un pecado o no. De hecho, no importa si hay algo de lo que alguien más hace que sea un pecado o no.

¡Porque el pecado es algo muy personal! ¡Siempre lo ha sido y siempre lo será!

Y no tiene nada que ver con el amor.

Absolutamente nada.

La disparidad y la diferencia no tienen nada que ver con el amor.

No deberíamos elegir a quién vamos a amar y a quién no.

"Soy cristiano, a menos que seas gay".

Ese es el mensaje que estamos enviando, ya sabes,

"Soy cristiano, a menos que sea más sexy que tú".

"Soy cristiano, a menos que yo sea más feo que tú".

"Yo soy cristiano, a menos que me entere de que engañó en su declaración de impuestos".

"Yo soy cristiano, a menos que usted me tire el carro en una presa de tráfico".

"Yo soy cristiano, a menos que usted se enamore de la persona de la que una vez estuve enamorado".

"Soy cristiano, a menos que seas el tipo que huele a mierda en el metro".

"Soy cristiano, a menos que seas de una religión diferente a la mía".

"Oh, pero ¿usted no es gay? ¿Estás limpio y bien vestido, y tienes un trabajo? ¿Te ves de la manera que pienso que debes verte? ¿Actúas de la manera en que yo creo que deberías actuar? ¿Crees en las cosas que creo que debes creer? Entonces yo soy definitivamente un cristiano. Para ti, hoy, yo soy cristiano. Te lo has ganado".

Apuesto a que has oído ese mensaje viniendo de otras personas. Tal vez usted ha dado ese mensaje a otras personas.

De cualquier manera, espero que todos estemos de acuerdo en que no debemos vivir ese mensaje. Simplemente no deberíamos.

Pero muchos de nosotros lo hacemos.

Y lo hacemos todo el tiempo.

Para algunos de nosotros, debería más bien hasta ser tatuado en nuestras nucas y frentes.

Tal vez no con esas palabras, pero el mensaje es claro para aquellos que lo oyen y escuchan. Es claro para los que lo están viendo y observando.

El mensaje ha sido muy claro para mi amigo Jacob.

"
Cada persona a la que se lo he dicho me ha fallado. Ellos simplemente desaparecen. Me dejan de llamar. Me eliminan del Facebook. Simplemente se van. Ellos no pueden manejar que conocen y son amigos de una persona gay".

"
Tú no sabes lo que es, hombre. Tú no sabes lo que es vivir aquí y ser gay. Tú no sabes lo que es no tener a nadie por un carajo. Tú no sabes lo que es que tus propios padres te odien y traten de ocultar tu existencia. Yo no elegí esto. Yo no quería esto. Y estoy tan cansado de la gente que me odia por ello. No puedo soportarlo más. Es que no puedo".

Jacob es un amigo muy querido. Él es mi hermano. Él es un maldito buen ser humano. Es absolutamente increíble.

También es gay.

Pero ¿por qué hace eso alguna diferencia?

No la hace. No para mí.

Y deseo con todo mi corazón que no hiciera ninguna diferencia para los demás. Me gustaría que no tuviéramos que encontrar formas para ser mejores que los demás o más santos y santas que otros para sentirnos mejor acerca de nuestras propias vidas desordenadas. Desearía que la gente no metiera en un mismo saco grupos enteros de personas y las declaran en su totalidad como indignas de todo amor y respeto.

Pero ese es el punto de este tipo de pensamiento y acción, ¿no? Es decir, es más fácil de esa manera. Lo hace más fácil para que nosotros podamos justificar nuestros pensamientos, palabras y nuestros prejuicios.

Todas estas personas son apiñadas juntas. Y en el proceso, todos ellos de alguna manera son deshumanizados.

Ellos se convierten en indignos de nuestro amor.

¡Y qué bueno que es cuando eso ocurre!, ¿verdad? Es decir, nos ayuda a liberarnos de los mismos preceptos que se han transmitido durante miles de años por los más grandes maestros y filósofos de la historia. Hace que nuestra racionalización del odio, el fanatismo, y aborrecimiento sean tan fácilmente justificables, tan enmascarables.

Es tan bueno.

Nos da la gran oportunidad de mirarnos a nosotros mismos y no estar asqueados por lo que el espejo refleja de nosotros.

Luego, por desgracia y, en definitiva, nos empuja a ese punto donde ya no tenemos un brazo para poner alrededor de alguien en lo absoluto. Ya no tenemos una mano para ofrecer a nuestros semejantes. Ya no tenemos la necesidad de hacerlo.

Y ¿por qué la tendríamos?

¿Por qué diablos deberíamos tenerlo?

A menos, claro, que en realidad queramos vivir lo que tan a menudo afirmamos que "creemos".

Mis queridos amigos...

Esto tiene que detenerse. Tenemos que poner nuestras horribles pancartas abajo. Tenemos que ser el ejemplo que ayuda a hacer que suceda en nuestras propias vidas y en las vidas de las personas que nos rodean.

Tenemos que ser esa voz. Cada uno de nosotros debe ser esa voz.

Debemos decir a los demás que no vamos a aceptar ni queremos escuchar esos sentimientos hirientes y llenos de odio.

Debemos mostrar amor donde el amor en este momento no existe.

¿Te unirías a mí por favor?

Mi petición hoy es simple. Hoy. Mañana. La semana que viene. Encuentra a alguien, a cualquiera, que es diferente que tú. Alguien que te ha hecho sentir mala voluntad o incluso [trago...] odio. Alguien cuyas decisiones de vida te han hecho sentir incómodo. Alguien que practica una religión diferente a la tuya. Alguien que se ha perdido en la adicción. Alguien con un pasado criminal. Alguien que se viste "por debajo" de ti. Alguien con una discapacidad. Alguien que vive un estilo de vida alternativo. Alguien sin hogar.

Alguien que, hasta ahora, siempre trataste de evitar, que siempre miraste hacia abajo, y que siempre te produjo asco o disgusto.

Levanta tu brazo y ponlo a su alrededor.

Y entonces, diles que están bien. Diles que tienen un amigo. Dígales que los amas.

Si usted o yo queremos hacer un cambio en este mundo, ahí es donde vamos a ser capaces de hacerlo. Ahí es donde vamos a empezar.

Cada vez.

Porque lo que vas a encontrar, y te prometo esto, es que cuantas más veces pongas tu brazo alrededor de alguien que, naturalmente, mirarías hacia abajo, cuanto más te amarás a ti mismo. Y cuanto más te ames a ti mismo, menor será la necesidad de encontrar culpables o de ser mejores que otros. Y entre menos fallos encontremos o tengamos la necesidad de ser mejores que otros, más rápido este mundo se convertirá en un mejor lugar para vivir.

¿Y no todos queremos vivir en un mundo mejor? ¿No todos queremos que nuestros hijos crezcan en un mejor y más hermoso mundo sin tanto odio?

Yo sí que lo quiero.

Así que seamos esa voz. Vamos a ofrecer ese brazo a los demás. Porque, honestamente la verdad es que... va a llegar el día en que usted o yo vamos a necesitar de la misma cortesía. Va a llegar el día en que estemos desesperados para que ese mismo brazo sea puesto a nuestro alrededor. Vamos a estar desesperados por esa misma amistad. Vamos a estar desesperado por ese mismo amor.

La vida se encargará de ello. Para ti. Para mí. Para todo el mundo.

Siempre lo hace porque... resulta ser que... no hay una maldita persona en la tierra que sea perfecta.
 

Dan Pearce, Single Dad Laughing (Padre soltero riéndose)

Si llegaste hasta aquí puedes comprender que el significado del amor es la aceptación que tenemos hacia otras personas, todos somos diferentes los unos a los otros y muchas veces proyectamos nuestros miedos y nuestros propios pecados en los que vemos en otras personas... es un tipo de proyección personal que hace que quien hace algo malo justifique su actuar, ya que viendo algo "peor" en otros, se ablanda lo que sea que nosotros hacemos...

OSEZNO (alejzp)