A veces me pregunto si será que soy muy amargado o que definitivamente
soy intolerante ante la mediocridad, las personas abusivas y todo lo que carece
de sentido común. Es increíble como en la actualidad hay tantas personas que se
distinguen por su ineptitud, su poca educación, su car’ebarrismo, la matonería,
su queimportismo… son filibusteros sociales carentes de sentido, machistas
consumados… simplemente personas estúpidas que se sienten el centro del
universo y por eso hacen alarde de los peores comportamientos o de una lempa
actitud, pereza mental, faltos de praxis social y civil.
Les doy un pequeño ejemplo de algo que hace que me hierva la sangre…
las carreteras de mi país, y no me refiero a los huecos, a la pésima
planificación, a la poca visión o las muchas críticas que podría hacer, que
perfectamente se prestarían para escribir otra entrada en el blog o hasta para
que un ingeniero civil haga su tesis, me refiero al comportamiento de las
personas… y más aún cuando estas personas andan en algún vehículo automotor.
Creo que no hay calificativo denigrante que pueda yo escribir que describa
a cabalidad la ignorancia, la pedantería, el poco raciocinio y el despliegue de
idiotez que uno puede encontrar en el comportamiento de algunas personas en
carretera. Si andan en un buen carro adquieren el porte y la actitud de quien
fuera una estrella de cine, el presidente de la república o quién sabe qué
persona de alta alcurnia (y con esto no digo que en ellos se justifique el
comportamiento) pero a la mayoría de personas se les infla el trasero cuando se
sientan en un carro caro o del año o que corre un poco más que el resto… ¡Qué
ilusos! ¡Qué engañados! Toman el volante y en una actitud fatua y egocentrista
se suben a sus vehículos y seguro sienten en el fondo de sus tontas mentes como
que suena la melodía de la canción “Quítate que voy”, creen que no pueden
esperar en una presa, que se pueden saltar los altos, que se pueden meter
contravía o adelantarse un grupo de carros y ponerse de primeros. ¡Por Dios que
está en el cielo! Eso es lo que les produce tener un vehículo del año, una animosidad
infundada y barata que solo demuestra que nunca tuvieron algo y que ahora como lo
tienen son dueños del mundo.
Give me a break! Por favor…
O peor aún los engañados que alteran sus vehículos para que suenen
como vagonetas y los llenan de neones y relojitos y les ponen como un
aplanchador en la parte de atrás y andan haciendo unos aceleronazos aunque solo
puedan avanzar un metro. Pero ahí andan en su Hyundai como si anduvieran en un
Maserati en Le Mans… ¡Qué pecao mas negro!
Pero bueno, sea que por su carro del año o por su carro alterado se les
sube el autoestima, allá ellos con sus problemas psiquiátricos si algo material
los hace sentirse más o mejor que los demás o si necesitan tener algo para
sentirse alguien… o para sentir poder…
allá cada quien con su pedo mental, el asunto que me desespera es que no
respeten a las personas que andan conduciendo bien y respetando las
interminables filas que se hacen. ¿Qué se puede hacer si planearon una ciudad
para carretas, tendremos que vivir en calles angostas con más carros de los que
puede ya sostener la de por sí mala red vial de este país?
Pero colarse en la fila, meterse sin poner una señal, irse por la
cuneta y hasta subiéndose por las aceras con los carros como si anduvieran en
una patineta que no daña a nadie, o que se van contravía poniendo en riesgo las
vidas de muchos inocentes, rayar (rebasar) en doble raya amarilla, ir por una
vía en la izquierda para llegar al final de la calle y meterse finalmente a la
derecha, todo por saltarse la presa (el tráfico) eso sí me infla las joyas de
la familia…
No se darán cuenta que precisamente al hacer todas esas cosas están
provocando el hecho que están tratando de evitar y por el que cometen tales infracciones
y actos. Las presas se causan exactamente por esas actitudes y lo peor de todo,
si uno que viene haciendo la fila no les da campo, en consecuencia, le sacan el
dedo, le recuerdan a la mamá y le asignan una labor milenaria que nunca ha
realizado la pobre. Como dice el dicho “tras de que deben, cobran”, tras de que
están derrochando su irresponsabilidad y su falta de inteligencia a través de
sus actos, todavía se enojan si no se les da campo para salirse con la suya…
Legítimos infradotados metales, eso es lo que son… Brutos sociales que en lugar
de ver que están haciendo algo que no deben y meterse el rabo entre las piernas
y esperar a ver cuando pueden terminar su irracional proeza, se enojan, le
tiran el carro a uno y además le gritan improperios y hacen señas… qué ridícula
y pobre de espíritu es la gente ahora.
Eso demuestra la mediocre vida de muchos, porque cuando van a otro
país y rentan un carro, manejan como mansas palomas, pero aquí son zopilotes al
volante, la ley se la pasan por el rabo y se vuelven violentos, y se bajan de
los carros y se pelean y sacan armas… qué pena dan esos comportamientos. Sin embargo,
ese es un tipo de machismo, creerse muy “machitos”, pensar que nadie les puede
reprender o pensar que todo el mundo debe frenar para que terminen con su
pirueta kamikaze. Y lo peor es, que cuando chocan o atropellan a alguien por su
estupidez, quien sale más perjudicado es el que venía bien, el que respetaba la
señalización y los límites de velocidad, el que viene haciendo la fila
resignado a que es nuestra realidad. Y el otro “muerto-de-hambre” sale ileso y
posiblemente el tan engañado que hace eso no tiene ni seguro y termina uno hasta
pagando el deducible porque qué le queda, arreglar el carro y seguir adelante… y
el otro, se siente orgullosísimo, se siente “carguísima” de su hazaña, y sonríe
pelando los dientes como un caballo, arrogante y vanidoso… fijo se siente que
acaba de vivir una escena de la película “Rápido y furioso” y muy dentro de su
corazón se siente el Paul Walker tico… ¡pecadito!
Otra cosa que me enfurece es la inconsciencia, personas que por avanzar un metro se quedan en medio de las intersecciones, bloqueando el paso y se hacen los tontos, según ellos disimulando como si no se hubieran dado cuenta lo que hicieron... y le levantan la mano como pidiendo disculpas y ponen caras de babosos... y por supuesto los policías brillan por su ausencia en estos casos... y cuando están en lugar de multar a los que deben multar más bien crean peor la presa de vehículos... y para esto los autobuseros y los taxistas son especialistas... como si avanzar ese metro y no permitir que las personas q van a cruzar la intersección los fuera a hacer salir más rápido de la congestión... son tan absurdas las reacciones, las actitudes y los comportamientos de estas personas que siento como si nunca hubieran hecho el examen para sacar la licencia o como si ésta la hubieran sacado de una caja de cereal o les hubiera caido de una piñata... ¡Qué desesperante!!!
El problema vial y las presas se dan muchas veces por este montón de “engañados”…
Si las personas hicieran la fila y cuando hay una intersección se dieran campo
uno al otro, uno a la vez, las presas se irían disminuyendo pero no, todos
quieren converger en la misma intersección, a la misma vez, sin hacer fila y
además que el resto frene y se quite para que él o ella pase… si les estorban
las presas, que cojan el tren, ese sí tiene prioridad de paso… pero que su
frustración y falta de sentido no se conviertan en las armas letales que
terminen con la vida de personas inocentes y peor aún, ya que están haciendo
sus idioteces no se enojen, calladitos más bonitos que ya de por sí están
haciendo el ridículo, bueno no terminen de embarrar la “ñaña” además con su
comportamiento. Termino diciendo una frase que siempre me gustó de un espacio de
la televisión venezolana llamado Bienvenidos, ante esas actitudes solo puede
decirse: